DESCUBRIMIENTO
Hice un cuenco
con mis pobres manos
y te di a beber
lo que podía:
Cuentos, poemas,
experiencias,
reflexiones y
filosofías.
Historias de
princesas
que, a caballo,
un campo de
hortensias
recorrían,
en busca del príncipe
encantado,
aquel que jugador de
bolsa
supo moverse con
sabiduría,
acumulando el “néctar”
preferido
por las doncellas
modernas o antiguas.
Y sin embargo
todo ha sido en vano.
Vano los cuentos.
Vanas las historias bebidas.
El camino por uno
recorrido
no sirve y se vuelve
con orgullo
al punto de partida.
Cada uno escoge su
camino.
Arma su tiempo
y, con mas penurias
que alegrías,
recorre de nuevo
el repetido sendero
y mientras lucha
va gastando
absurdamente su
pequeña vida.
Y entonces me
pregunto
¿El creador de esto,
el gran Maestro,
es acaso lo que
pretendía?
¿Girar como giran los
planetas,
sin saber, sin pensar
un día y otro día,
con la ilógica
de lo incomprensible,
repitiendo las mismas
tonterías?.
¿Rotando sin parar ni
un solo instante
en una noria loca
que gira, y gira y
gira?
¿A dónde vamos los
hombres,
Señor mío?
¿A dónde que mi mente
no comprende?
¿Es tal vez por
demasiado altiva?
¿Es por eso acaso que
te niego?
¿Qué me resisto a
creer que existas?
¿Un ser malvado,
burlón, estrafalario,
que juega con sadismo
con la idiotez del
hombre
que se arrastra,
lucha sin armas
y se desespera,
por un camino
Incierto,
interminable
e irremediablente sin
salida?.
No acepto la existencia
de un creador de
tamaña felonía
Y es aquí donde me
pierdo
Y no comprendo…
…………………………………..
La mañana se presenta
gris y fría
Los árboles se visten
de un invierno
que aprieta el alma
se aferra y la
marchita.
Salgo a caminar,
no pienso en nada,
porque la nada toda
me domina
Miro mis manos,
voy formando un
cuenco,
y descubro que las dos
están vacías.
Alberto Colonna
Junio. 2012
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